En algunos casos el tratamiento de un paciente requiere de Otro que enlace las terapias con su andar cotidiano. En estos casos es que aparece la figura del Acompañante Terapéutico.

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Su campo de trabajo se ubica en relación a aquellos pacientes que padecen de adicciones, bulimia y anorexia, depresiones y trastornos del estado de ánimo, fobias y ataques de pánico, con riesgos suicidas, psicosis, discapacidad, autismo y trastornos graves infanto- juveniles, tercera edad, entre otros.

 

La tarea se realiza siempre en equipo siendo el profesional tratante quien plantea los objetivos y es el Acompañante Terapéutico quien procura sostener el tratamiento en el ámbito del paciente procurando que éste último continúe o retome sus actividades laborales, sus estudios y sostener su inserción social en la medida en que esto sea posible.

Su rol principal incluye el acompañamiento en situaciones de crisis dentro de la familia, la organización para transitar esas crisis intentando restablecer la estructura grupal y su dinámica cotidiana.

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Dentro de sus funciones se encuentran:

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• Acompañar y contener al paciente y su grupo familiar

• Incentivar y estimular al paciente

• Resocializarlo

• Psicoeducarlo (educar terapéuticamente)

• Asistirlo

• Rehabilitarlo​

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Todo esto desde el conocimiento de la praxis y solicitado por psicólogos, psiquiatras o psicoanalistas y por equipos interdisciplinarios de salud, educación especial y discapacidad.

El Acompañante Terapéutico abre otra perspectiva, complementando la tarea del profesional tratante.